17 junio, 2006

Estreno el Blog

La puerta se abrió. Allí estaba ella, con un camisón de noche, de seda, brillante y suave. Dejaba entrever sus curvas a través de su silueta. Él no se esperaba tan caluroso recibimiento, pero comprendió de inmediato. Ambos se miraron. Una mente recatada hubiera temido ante tales miradas. Se acercaron. Él se adelantó y la agarró por la cintura. Aprovechó su mayor tamaño y fuerza para llevarla consigo hasta pegar los dos cuerpos. Se besaron. Sus lenguas competían por ganarle terreno a la otra. Comenzaron a moverse, sin separarse, hacia el sofá.

Él cerró la puerta con la pierna y se hizo la intimidad. Ella empezó a notar su excitación. Deslizó sus manos hacia el abdomen y desabrochó el pantalón. Alcanzó el falo y comenzó a masturbarlo mientras él se quitaba la camiseta. Se miraron con deseo. Volvieron a unir sus labios. Sus mentes comenzaron a pasar del mundo racional al mundo animal. Él deseaba estar entre sus piernas. Agarró su culo, lo apretaba y manoseaba por debajo del camisón. Pasaba sus manos por todas las curvas de su cuerpo mientras ella sentía que su pene ya tenía un tamaño considerable. Él cogió el camisón y lo deslizó suavemente por su piel hasta que su cuerpo quedó totalmente desnudo.

Él la echó sobre el sofá y terminó de quitarse el pantalón. Ella tenía el pelo alborotado y estaba apoyada de lado en el sofá. Una vez desnudo, se sentó junto a ella; se humedeció los dedos y comenzó a frotar su vulva. Se reclinó un poco más y lamió uno de sus pezones. Ella notó una excitación mucho mayor en ese momento. alargó la mano y volvió a agarrar la polla, que seguía erecta, tan dura y grande como la había dejado. La frotaba suave mientras él jugaba con sus pezones y su coñito. Hacía círculos con la lengua alrededor del pezón, lo mordía con suavidad con los dientes y lo apretaba entre sus labios. Pasaba la lengua por encima del pezón, que estaba ya bastante duro. De arriba hacia abajo, de izquierda a derecha.
Abrió la vulva con sus dedos. Encontró los labios menores. Estaban muy húmedos. Luego llevó los dedos un poco más arriba y comenzó a frotar el clítoris. Hacía movimientos circulares suavemente, sin apretar; con la presión perfecta para que ella se excitara aún más.
Ella notaba en su mano la polla muy dura. Ya estaba húmeda. Pasaba la mano hacia arriba y hacia abajo, retorciendola ligeramente y apretando lo justo. Ni muy rápido, ni muy lento.

"Levanta"-dijo él- Estaban muy excitados. Ella se puso de rodillas sobre los cojines del sofá con las piernas ligeramente abiertas y apoyó sus brazos sobre el respaldo.
"Date prisa"-Suplicó ella-Él cogió su polla y la introdujo en el húmedo coño. Ambos jadearon mientras el miembro se introducía hasta que no dio más de sí. Él sacaba todo el cuerpo del pene, pero mantenía el glande dentro. Luego lo volvía a introducir, más rápido; empujaba con fuerza. Ella notaba cómo chocaba contra su culo. Él la cogió de la cintura para ayudarse a empujar. Ella mientras, se masturbaba el clítoris con una de sus manos.
Ella gemía suavemente. Estaba disfrutando como nunca. Empujaba hacia atrás mientras él empujaba hacia delante. Ella notaba cómo la polla estaba mucho más dura y el glande rozaba el interior de su vagina. Era un tacto muy suave. Los miembros estaban muy calientes y húmedos. Él agarró uno de sus pechos y se apoyó en el respaldo con la otra mano. Ahora empujaba más violentamente. Ella aumentó su excitación. Le quedaba cada vez menos para alcanzar el clímax. Notaba cómo su hombre le metía la polla con fuerza, hasta el máximo. Frotó su clítoris más rápido, ejerció más presión. Él frotaba su pezón. Ella Gemía sin saberlo. La empujaba tan fuerte que el sofá se movía.
"¡Sííí, ooooh, síí!"-exclamó ella con voz temblorosa-
Él sabía que ella había alcanzado el orgasmo. Él estaba muy cerca. Su polla no paraba de frotar la húmeda vagina. Mientras ella estaba tocando el cielo, él empujó más fuerte. Notó como algo golpeó su mente. Sostuvo el cuerpo de ella fuertemente agarrado mientras descargaba el contenido seminal en su interior. No pudo evitar un gemido de placer.

Se separaron y se sentaron juntos en el sofá. Ambos estaban cubiertos de sudor y con el pelo revuelto. Sus gestos expresaban placer. Se volvieron a besar y se tumbaron juntos a descansar.

Espero que les haya gustado. Bienvenidos a mi blog.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Estupendo, Nacho! Espero que sigas publicando, ya que se te ve buena mano para los relatos. ;)